Autismo y discapacidad intelectual

“ Un niño es como una mariposa en el viento, algunos pueden volar más alto que otros, pero cada uno vuela de la mejor forma que puede. Cada uno es diferente, es hermoso, es especial”. Johannes Ruíz Pitre. 

El trastorno del Espectro Autista se caracteriza por una deficiencia en la comunicación e interacción social y se manifiesta en la falta de reciprocidad socioemocional, es decir, el niño no mantiene un contacto ocular con la persona que le está hablando, no entiende los sentimientos de los demás y ni siquiera los suyos propios, no comprende las bromas ni los segundos sentidos, etc. Cuando son muy pequeños, no prestan atención, su juego es solitario y no comparte sus juguetes con los demás por lo que le dificulta hacer amigos, y además presenta una ausencia de interés por otras personas evadiéndose del resto de compañeros, por ejemplo, en la escuela . 

Otras características del autismo es la falta de lenguaje no verbal como gestos inapropiados a la situación, movimientos o habla estereotipados o repetitivos, y presentan un juego inadecuado, por ejemplo, en lugar de rodar los coches con las ruedas, los amontonan, o en lugar de pintar con los lápices, hacen clasificaciones o los hacen volar. Tienen una baja tolerancia a la alteración de las rutinas por lo que su vida diaria ha de ser previsible y repetitiva, se obsesionan con un tema y tienen intereses muy restringidos y fijos, como el cálculo, la astronomía, canciones, letras, etc. Y además, suelen ser muy sensibles a estímulos sensioriales, como molestarle los ruidos o ciertas texturas.

El autismo no siempre conlleva discapacidad intelectual, incluso a veces es superior a la media como en el Síndrome de Asperger, pero otras veces sí que suele darse.

La discapacidad intelectual se presenta en el niño/a cuando su Coeficiente Intelectual es inferior a la media de los niños de su edad. Esto se manifiesta en alteraciones en el comportamiento adaptativo que limita el funcionamiento del individuo. Cuando hablamos de niños menores de 5 años, hablamos de retraso global del desarrollo, pues el coeficiente intelectual solo puede comprobarse en la edad escolar. El retraso madurativo o global del desarrollo es cuando el niño o bebé no cumple con los hitos del desarrollo esperado, es decir, no hace lo que se espera a su edad.